miércoles, 13 de noviembre de 2013

Frustración emprendedora

La perspectiva del tiempo nos hace ver que en la vida existen muchas escalas de tiempo y que, como le sucedía a Don Quijote, no siempre es tan evidente diferenciar a los molinos de los gigantes.
Hace 17 años que comencé a escribir en este suplemento de economía. El primer artículo se titulaba “Actuaciones para potenciar el espíritu emprendedor”. Trataba sobre como potenciar la personalidad emprendedora.
Decía que “es aquella persona que tiene una personalidad proactiva y orientada a la acción y al riesgo, que es creativa, que se compromete con sus decisiones e innova dando soluciones”.
Este artículo era el primero de otros tres que versaban sobre las actuaciones a realizar en el entorno familiar en la infancia; en la educación y actividades en la infancia, adolescencia y juventud; así como en la carrera profesional.
Pasado este tiempo, sigo reflexionando sobre el asunto. Hace apenas un mes comencé un blog llamado “Emprender para muchachos” que me obliga a seguir desarrollando esta temática de la personalidad emprendedora.
Diferencio tres grandes áreas: competencias, emociones y cultura emprendedoras. Particularmente importante me parecen las emociones emprendedoras. Así, el espíritu de aventura, la curiosidad, la ilusión y la gestión del miedo.
Hace una semana, documentando el antiguo “Camino de los Escolapios” de Barbastro visité “La Isleta” donde el Grupo Scout Calasanz hacíamos acampadas. Habíamos hecho unas construcciones que estaban desoladas y plantado unos pinos todavía vivos.
La primera emoción que vino fue la de frustración al ver que todo aquel trabajo realizado hace 30 años se había venido abajo y la naturaleza había emboscado el entorno de acampada.
Aunque al ver que muchos pinos que habíamos plantado seguían vivos revino un brote de ilusión, pero la corriente emotiva de la frustración podía más que el flujo de la esperanza. Frustración e ilusión batiéndose. A todos nos suena.
Algo muy normal en nuestras experiencias cotidianas. Habitualmente, la ilusión sube como la espuma y luego baja de repente, mientras que la frustración parece que se adhiere a las paredes como una gelatina permaneciendo inalterable.
Creo que uno de los padres de la psicología, Skinner, decía que saber superar la frustración era una de las competencias más importantes que deberían enseñarse desde muy pequeños en los colegios.
Por ello, también es una competencia a desarrollar para potenciar la personalidad emprendedora desde la infancia dada la capacidad inmovilizadora que tiene la frustración.
Volviendo con “La Isleta” conseguí una foto de cuando se encontraba viva. Es un día de misa de una acampada del Grupo Scout Calasanz de Barbastro. De nuevo rebrota la ilusión.
Toda la ilusión compartida creada en el entorno al ver esta foto reviene. De pronto entiendes que sí ha servido para algo, que el proceso de abandono no tiene nada que ver con las emociones que uno tenga.
Ahora al ver las dos fotos, la actual del entorno desolado y la de hace 30 años como marco de una ilusión compartida, se ha desvanecido la emoción de frustración. Por así decirlo, le hemos quitado hierro al asunto.
Así, quedarnos con el lado positivo de las situaciones es una estrategia para superar la frustración. Si nos acostumbramos a ver lo negativo de las cosas, siempre tendremos motivos. Es el ojo el que recrea la realidad.
Aún en el caso que estemos cargados de razones para “frustrarnos”, es necesario que establezcamos una estrategia para salir de esa situación que impida nos inmovilice y se haga crónica.
Cuanto más tiempo estemos en esta situación, nos ocurrirá como le sucede a las ruedas de un coche en el barro, que más profunda se hace la huella haciendo más difícil salir del sitio.
Si nos encontramos en esta situación, lo ideal sería esperar a que se secase el barro y volver a circular. La próxima vez que nos suceda, deberíamos aprender a desviar la trayectoria para no encallarnos.

Como no es posible esperar tanto, nos bajamos del coche (objetivamos la situación), colocamos una ramas debajo de la rueda (nos centramos en la solución), ponemos una marcha corta y damos gas poco a poco.

miércoles, 23 de octubre de 2013

Miedo Real

Cuando hace 800 años el rey de Aragón Pedro II dijo “Aquí está el rey” en mitad de un batalla abierta en Muret (Francia), no tuvo miedo a sus consecuencias. Al ver que mataban al que llevaba su coraza, en vez  de esconderse decidió evidenciarse.
Los aragoneses habían fallado en su estrategia de sitiar la ciudad, dado que su fuerte desde la toma de Zaragoza en diciembre de 1118 era la artillería, y se enfrentaban a cielo abierto. El resultado fue fatal con más de 15.000 bajas entre ellas las del rey.
Entre estas defunciones están las de muchos caballeros que habían acompañado al rey en sus campañas, entre ellos Sancho de Antillón, cuyo sarcófago podemos ver en el exterior de la iglesia al no poder ser enterrados en tierra santa por ser excomulgados.
En el fulgor de una batalla como la comentada no se tiene miedo, al estar muy ocupado en defenderse y atacar. La adrenalina nos prepara para aguantar un esfuerzo y dolor que en otra situación no podríamos soportar.
Es casos como el de una batalla, donde se supone que hay lugar para el miedo real, no lo suele haber al estar ocupados. Sí lo hay antes de la batalla, cuando surgen las preocupaciones. De aquí la importancia de la preparación psicológica previa.
En el mundo actual, donde ya no nos enfrentamos a situaciones de muerte evidente como ha ocurrido en otras épocas, somos caldo de cultivo de los miedos psicológicos, que como no tienen fundamento real son más difíciles de acallar.
Toco este tema del miedo, porque es una de las emociones que impiden al desarrollo de la actividad emprendedora, al avanzar un miedo a que sucedan cosas que pueden impedir el éxito del proyecto.
Pero deberíamos aclarar que no se trata de un miedo real, aunque lo identifiquemos emocionalmente como tal. Si no, como ya se ha dicho, un miedo psicológico intangible que nos paraliza.
Sin embargo, lo experimentamos como tal al no estar acostumbrados a vivir situaciones de riesgo donde tenemos que tomar decisiones bajo presión para resolver los conflictos que se presentan.
Creo que es positivo entrenarse desde la infancia a saber solucionar problemas tangibles en un entorno de riesgo controlado, para en el futuro no dejarse atemorizar por miedos que no son tales.
Las personas que realizan actividades de aventura no suelen tener miedo cuando se encuentran ante problemas de derrumbamientos, caídas, estados de agotamiento, situaciones de enrocarse o perderse en zonas boscosas nevadas, entre otras situaciones.
Cuando ocurren estas situaciones se centran en buscar una solución a la problemática concreta en vez de preocuparse por las causas que han llevado a la situación o por las consecuencias que puede conllevar.
De esta forma estamos creando un marco artificial de control de la situación que hace que no dejemos actuar a las emociones que pueden perjudicarnos en la planificación y desarrollo de las acciones necesarias.
Se valoran las distintas estrategias que pueden ayudar a la resolución calculando el riesgo de cada una de ellas, hasta que se asume aceptarlo concretando la exposición máxima necesaria.
Seguimos con el marco de control. Damos por supuesto que hay soluciones y estamos eligiendo una. Este paradigma de pensamiento positivo ayuda a que fluyan las posibles alternativas.
Se lleva a término la acción de la estrategia elegida. De nuevo el marco de control. Nos centramos en realizar una actividad, en vez de preocuparnos por las causas y consecuencias.
Cuando ya hemos finalizado las acciones planificadas, evaluamos el resultado sucedido. Si es el adecuado para la solución, seguimos con la estrategia, si no tendremos que volver a buscar otra alternativa.
Puede parecer que esto parece muy bien teóricamente, pero con algunas diferencias de enfoque personales y, tal vez, de forma más inconsciente es lo que suelen hacer las personas que están acostumbradas a desenvolverse en entornos de riesgo.
Muchas veces, cuando se ha salido del embrollo, se jura no volver a intentarlo. Sin embargo, la adrenalina y sensación de control que se va adquiriendo hace que este pensamiento negativo dure muy poco.

Se acaba manteniendo la célebre frase de Ernest Shackleton: “Never for me the lowered banner, never the last endeavour”. En español: “Nunca para mí la bandera bajada, nunca el último esfuerzo”.

domingo, 20 de octubre de 2013

Mantener la memoria histórica de los comercios y empresas locales

Con el objetivo de desarrollar un conocimiento de la cultura empresarial en el entorno próximo, tal vez sería posible mantener la memoria histórica de los comercios y empresas locales, siguiendo el ejemplo que se realizó en el artículo Calle Argensola de Barbastro.

En dicho artículo se realiza una descripción actual e histórica de los comercios que ha habido en cada inmueble. Así, en el número 16 de la Calle Argensola.

Argensola 16

Hay un almacén de muebles llamado Armi 2. Hace años había un almacén muy grande de Acín.


Argensola 16

Esta ficha se podría hacer todo lo compleja que se quisiera, con datos de cada actividad económica, pudiéndose ser realizada por niños de distintas edades.


Entre otros objetivos se consiguen:
- Mantener la memoria empresarial histórica de la ciudad.
- Adquirir cultura empresarial.
- Investigación de lo datos.
- Mantenimiento de un blog en el que se publican los datos por calles.
- Mantenimiento de redes sociales (Facebook) para divulgar y posibilitar que los vecinos faciliten información.

Esta actividad podría realizarse en el ámbito del colegio de forma que se podría asegurar l actualización de la información.

Daniel Vallés Turmo, 20 de octubre de 2013


ACTIVIDADES

Artículos sobre actividades para potenciar competencias emprendedoras:


1. Mantener la memoria histórica empresarial del entorno


sábado, 19 de octubre de 2013

Calle Argensola de Barbastro, ayer y hoy

Para potenciar el Espíritu Emprendedor desde la infancia, se tiene en cuenta el desarrollo de un estilo de pensamiento positivo, la autoestima, el autoconocimiento y la autonomía.

En las actividades del escultismo nos enseñaban a desarrollar muchas de estas competencias a lo largo de los años, pero, igualmente, la vida en la calle nos hacía estar continuamente relacionados con el entorno y entrenarnos a ser autónomos.

Nuestras madres nos mandaban a hacer recados y los comerciantes nos conocían y nos daban los productos sin pagarlos. Existía como un colectivización de la educación de los niños, al igual que un cuidado por parte de todos los vecinos. Al igual que una oportunidad para conocer la cultura empresarial.

En el momento actual, debido a los cambios del comercio y la inseguridad, los niños ya no tienen esta experiencia de autonomía que suponía el juego y el ir a comprar en la calle. Es necesario buscar este desarrollo en otras actividades.

Yo nací en el número 52 (Casa Puertas) de la Calle Mayor de Barbastro (oficialmente se llama Calle Argensola). En los años 70 del siglo XX todavía mantenía su hegemonía de calle mayor con casi todos los comercios abiertos. Fue la primera calle comercial de la ciudad.

Barbastro tenía tres grandes arterias (ninguna de ellas se llamaban por el nombre oficial): la comentada Calle Mayor (Argensola) que llevaba al núcleo histórico,  la Calle Monzón (Joaquín Costa) que llevaba a la estación de tren, y el Río Ancho (General Franco) que rodeaba las antiguas murallas de la ciudad.

Voy a describir cómo era la Calle Mayor en mi infancia y su desarrollo posterior hasta ahora. Seguro que me equivoco porque la memoria es muy frágil y ya han pasado algunos años.

La Calle Argensola comienza en el Río Ancho (actual General Ricardos). Veamos una foto de cómo era esta entrada a principios del siglo XX. La calle Mayor comenzaba en la esquina de Casa Padrós.

Inicio de la Calle Mayor a principio de siglo
En una foto de unos años después, todavía vemos Casa Padrós, pero ya está el actual edificio donde está el Banco Santander.

Casa Padrós y el Banco Central
En la actualidad, la entrada de la Calle Argensola está rodeada por dos bancos. Casa Padrós fue derribada para construir viviendas en los años 70.

Esquina Calle Argensola con General Ricardos en el 2013

Argensola 1-3
Corresponde actualmente con la Sucursal del Banco BBVA


Argensola 2
Se encuentra actualmente el Banco Santander.


Argensola 4
No hay bajos comerciales. Se trata de una antigua casa señorial. En la fachada se sitúa un gran escudo de los Gracia.


Argensola 5
Se sitúa en los bajos una empresa de construcción llamada Imzabar.


Argensola 6
No hay bajos comerciales. Se trata de una antigua casa señorial. En la fachada se sitúa un gran escudo nobiliario.


Argensola 7
Hay un bajo comercial, pero está cerrado con una persiana.


Argensola 8-10
Estos números corresponden con una casa de nueva construcción que se hizo tras el derrumbe de las Casa Cancer, en cuyos bajos estaba la Puerta de San Francisco (derrumbada en 1936).

En la esquina se encuentra la Asociación de Hortelanos, antes estaba un almacén de La Nueva Frutería.


En la foto adjunta se ve como era esta Puerta de San Francisco antes de su derrumbe en 1936.

En la foto actual vemos el cambio de donde estaba la Puerta de San Francisco.


Argensola 9
Aquí se encontraba el Bar La Sombra, ahora cerrado.



Argensola 11
En este edificio nos encontramos un Restaurante (Maiocco) de reciente inauguración y una peluquería (Sesé). En ambos establecimientos, ha habido distintos traspasos en los últimos años.


Argensola 12
El edificio está derruido. Había una tienda de semillas que sus hijos regentan en el número 15.


Argensola 13
Encontramos el bar y pensión Goya.



Argensola 14
Aquí se encontraba la Panadería El Pilar con el horno que daba hacia el río.


Argensola 15
Aquí se encuentra ahora la Tienda de Semillas. Antes había una pescadería.


Argensola 16
Hay un almacén de muebles llamado Armi 2. Hace años había un almacén muy grande de Acín.



Argensola 17
Aquí está el Bar Restaurante La Matilde. Cuando estábamos en los scout estaba de moda.


Argensola 18
Hasta hace poco había abierta una tienda de ropa de mujer.



Argensola 19
Aquí estaba el Teatro Principal, luego cine (yo lo conocí abierto). En una última remodelación de la fachada se hizo un abajo comercial donde hubo una herboristería.



Argensola 20
Hay una peletería llamada Pintado. Hace muchos años estuvo Fontanería Buatas.


Argensola 21-23
En este solar hubo dos casas. En una de ellas hubo hace muchos años una tienda de productos de electricidad. Actualmente el solar está siendo utilizada como terraza de La Bodeguita.



Argensola 22
Ahora el bajo está ocupado por la tienda de chucherias Capricho. Hace años hubo una pescadería.


Argensola 24
Ahora se encuentra Ultramarinos Vidal que estaba en el número 27. Hace años había un zapatero remendón.



Argensola 25
Ahora hay una casa nueva con unos bajos preparados para un negocio. Aquí estuvo Carnicería Sampietro. Recuerdo que tenía una escultura de un cordero en la pared.



Argensola 26
Se encuentra el Palacio de los Argensolas donde se encuentra la Biblioteca, la Escuela de Música y una Sala de Exposiciones. Aquí estaba Radio Juventud Barbastro.



Argensola 27
En está casa estaba Ultramarinos Vidal. Recuerdo de ir a comprar sardina de cubo, que estaban expuestas fuera. Tras restaurarse hace unos años se abrió el Café Lounge, que está cerrado.



Argensola 28
Casa reconstruida en cuyos bajos se encuentra la Peluquería Jesús Sierra.



Argensola 29
Está casa también se ha restaurado. Ahora se encuentra la exposición de cocinas y baños de Decoyba. Aquí estaba Comestibles Latre.


Argensola 30
Casa también remodelada. Ahora se encuentra Decoyba. Antes de remodelarse hubo la Librería Argensola y, anteriormente, la juguetería de los hermanos Torrente.




Argensola 31
Solar. Aquí estaba Armería Pascau. Antes de derrumbarse la casa, estaba Mercería Nacar, que ahora está en Corona de Aragón.


Argensola 32
Aquí había una carnicería.



Argensola 33
Aquí se encuentra la Panadería Sierra. En el otro local estaba Calzados Viñuales. Hasta hace poco hubo una bisutería y una peluquería.


Argensola 34-36
Aquí se encuentra el Centro Entrearcos. No recuerdo qué había aquí. Tal vez una relojería entre otros.


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Aquí se encontraba la Iglesia de San Bartolomé. Ahora el Centro Entrearcos


Argensola 37
Aquí se encontraba la Frutería Boni. Ahora el Centro Entrearcos, donde estaba la casa natal del fundador del Opus Dei San José María Escrivá de Balaguer.


Argensola 38
Aquí se encuentra la tienda de ropa Siglo XXI.


Argensola 39
Casa remodelada. Ahora está el Restaurante La Brasería. Cuando se hizo el Centro de Entrearcos, se estableció aquí la Frutería Boni.



Argensola 40
Aquí se encontraba un almacén, después Frutería Garriga. En la actualidad la cafetería Jijonenca


En el mismo número nos encontramos un local cerrado. Creo que la última ocupación era de Viajes Marshal.


Argensola 41-43-45-47-49
En este solar hubo varios establecimientos. Desde abajo, Carnicería MonclúsTienda de Ropa (antes del derribo estuvo Andy's,que ahora está en Corona de Aragón), Frutería Zapatería Lázaro, Ropa de niño, Pastelería Cervantes. También recuerdo, de niño, un sitio donde hacían llaves.



Argensola 42
Aquí se encontraba la tienda que vendían piezas de cerámica Valle.




Argensola 44
Ahora nos encontramos la Peluquería Formas.



Argensola 46
Se sitúa una tienda de ropa. El otro local no recuerdo.



Argensola 48
En el local de la derecha estuvo Carnicería Cuello, que ahora está en la calle Joaquín Costa. Por esta puerta del 48 vivían los de la Tiendeta (donde está la Viuda de Vargas). Era una tienda de comestibles, pero pasando detrás del mostrador, había un cantina, que la gente le llamaban El rincón de los vagos porque no se estaba a la vista y se podía estar mucho rato.



Argensola 50
Aquí se encuentra el Bar Cátedra. Antes hubo un Restaurante Chino. De niños, estaba la tienda de ropa Muzas.



En esta esquina se encontraba la Puerta de Puente Portillo que daba acceso a la calle mayor. En la foto vemos como era.


En esta foto como es en la actualidad.



Argensola 51-53
Esta manzana está ocupada por las instalaciones de la UNED. Anteriormente, en la esquina había la entrada a un centro similar a un ambulatorio médico. En el mismo edificio estaba la Imprenta Correas. Luego, estaba Casa Salas, donde mis padres regentaron una carnicería.


Argensola 52-54-56
Casa remodelada que ocupa tres inmuebles. En la esquina estaba Casa Puertas (el número 52) que era una carpintería-ebanistería. Yo nací en está casa. Le seguía un zapatero remendón (Luis) y una tienda de comestibles



Argensola 55-57-59
Anteriormente al edificio de la UNED había una tienda de muebles, armería Lacau y, haciendo esquina, Funeraria Valle.




Argensola 58
En los bajos que dan al río está el local de la Peña Ferranca. No recuerdo bien si los bajos de la calle fueron usados para algún servicio sanitario.



Argensola 60
Edificio de nueva construcción donde se encuentra la UNED. Recuerdo el palacio que había antes. Nosotros le llamábamos Casa Valentina (por la mujer que vivía). En los libros, le llaman Casa Zapatillas. Recuerdo la gran escalera que subía a la planta noble. Creo que desde esta casa se tenía acceso a poder seguir la misa desde un balcón que daba a la Iglesia de los Escolapios.


Argensola 61
Edificio de nueva construcción donde estaba el Colegio de las Monjas de San Vicente de Paúl. Ahora hay unas oficinas municipales que no están ocupadas.



En esta foto antigua vemos cómo era el colegio. También, se ve el "piloné"  en la confluencia con la Calle Escuelas Pías, que saltábamos de niños.


Argensola 62
Aquí se encuentra la Iglesia del Colegio de los Padres Escolapios.



Por esta entrada se entraba al Salón de Actos del Colegio de los Escolapios. Cuando era niño se hacía cine los domingos.


En la esquina con la Plaza Constitución (donde está el ayuntamiento) finaliza la Calle Argensola. Al fondo se ve la puerta por donde se entra a la iglesia.



Argensola 63
Edificio de nueva construcción. Recuerdo que de niño jugábamos por dentro de una casa en ruinas donde estuvo la Academia Cerbuna. También había una gran casa donde vivía una familia. En la actualidad hay un bajo sin utilizar y las oficinas de la Asociación de Hortelanos.



Daniel Vallés Turmo, 19 de octubre de 2013