domingo, 29 de septiembre de 2013

Emprender para muchachos


Con motivo de la feria de FEMOGA de Sariñena, nos animaron a organizar un concurso Elevator Pitch en el que los participantes tienen que exponer su proyecto durante unos pocos minutos y defenderlo ante un presunto jurado de inversores.

Ya teníamos experiencia en el funcionamiento del formato con adultos, pero no con niños. El resultado ha sido un éxito gracias a la colaboración de los profesores y de los padres.
Hicimos un taller preparatorio para que se pusieran en el contexto de exponer el proyecto en público y contestar a las preguntas del jurado. Al principio, vinieron muy nerviosos, pero se fueron relajando poco a poco.

El día de la exposición ante el público y el jurado fue difícil para ellos, pero no distinto de cuando tienen que competir en deporte o hacer un examen. Todos lo hicieron muy bien. Los adultos queríamos arroparlos, pero confiábamos en sus capacidades.

Preparando las exposiciones con ellos, me acorde de la época de los Boys Scout en la que nos preparaban para poder desenvolvernos en el aire libre y desarrollar competencias para trabajar en grupo y acometer proyectos.

Su fundador, Badem Powell, escribió un libro en el año 1908 que tuvo mucho éxito porque animaba a la aventura, al aire libre y al juego. Su título es “Escultismo para muchachos”.
Con el paso de los años el escultismo ha ido perdiendo influencia debido a los cambios sociales y a los hábitos de tiempo libre de los niños y jóvenes, pero su metodología tiene todavía vigencia.

En el comienzo del siglo XX, la pedagogía del escultismo transformó durante casi todo el siglo las actividades del tiempo libre con niños y jóvenes con la generalización de sus juegos y formato de campamento.

En el comienzo del siglo XXI los niños y jóvenes se enfrentan con otros retos. La actividad en la naturaleza ya se ha convertido en algo cotidiano que se hace en el tiempo libre y vacaciones.

Tal vez, habría que escribir un manual titulado “Emprender para muchachos” que animara a los niños y jóvenes a desarrollar competencias emprendedoras que van a necesitar en su vida.

Creo que la más importante competencia es la de aprender a asumir riesgos. En el escultismo hay un sistema progresivo de adquisición de habilidades que te va empoderando para disfrutar de la vida en la naturaleza.

En el ámbito del emprendimiento, igualmente es necesario tener que aprender progresivamente habilidades para afrontar todo el proceso de asumir riesgos cuando se afronta un proyecto.

El saber asumir riesgos es inherente a emprender. Es necesario ir disponiendo de una caja de herramientas que nos permita disfrutar del proceso, al igual que hace el escultismo con la vida en la naturaleza.

El segundo grupo de competencias clave son las habilidades sociales para saber relacionarnos con otras personas tanto presencialmente como a través de las herramientas telemáticas.

Consideraríamos las técnicas para hacer reuniones, para negociar, para exponer, para resolver conflictos, entre otras. El objetivo es practicarlas y aprender de la experiencia progresivamente.

El tercer grupo de estas competencias emprendedoras es el adquirir una cultura empresarial. Al igual que en el escultismo se enseña a conocer cómo funciona la naturaleza, se trataría de conocer cómo funciona el mundo empresarial.

Empezando por tomar conciencia como clientes, siguiendo por ir reconociendo los modelos de negocio y acabando por saber la forma de establecer una empresa. En cada edad, se asumirían progresivamente estas competencias.

En la preparación de un concurso Elevator Pitch se trabajan muchas de estas competencias. Empezando por las más difícil, que es la de asumir el riesgo para presentarse en público.
En el taller preparatorio y en el trabajo en el colegio se aprenden habilidades sociales que les ayuda tanto a exponer como a defenderse de las preguntas que les hace un jurado externo.


Por último, en el desarrollo del concurso conocen otros proyectos de los participantes ampliando su conocimiento de los modelos de negocio y de las empresas que se exponen.

El explorador


De niños todos queremos se exploradores. Cuando se encuentran uno de verdad, su atención queda totalmente enfocada en las palabras que oyen de esa persona que es su ídolo.

Sebastian Coulthard es uno de esos exploradores actuales que disfruta contando sus aventuras a los niños y les anima a mantener ese espíritu durante toda su vida. Les dice que “cada día es una aventura”.

En su página personal, www.sebcoulthard.com , nos cuenta cual es el sentido de la aventura en la actualidad cuando ya “no queda nada por explorar”, pero sí mucho por revivir las experiencias de otros exploradores.

Para Coulthard la aventura es revivir momentos claves de los exploradores en la historia reviviendo sus hazañas utilizando medios parecidos a los genuinos con el objetivo de comprender lo alcanzado.

La última expedición realizada fue el viaje de rescate durante 1.300 kilómetros en una balsa de salvamento que tuvo que hacer Shackleton en los mares de la Antártida para poder llegar a una estación ballenera.

Coulthard está abierto a la realización de nuevas expediciones para revivir aventuras. Es su página personal se ofrece para la realización de proyectos y muestra sus habilidades y competencias.
Realmente hay muchas similitudes entre las habilidades de un explorador y el de un emprendedor en la realización de un proyecto, salvo la diferencia del objetivo económico del emprendedor.

Sin embargo, ¿de niño todos queremos ser emprendedores? Seguramente esta opción es mucho menos atractiva a la de ser exploradores, aunque, como veremos a continuación, haya muchas similitudes.

En los casos de exploradores famosos como Scott o Shackleton tuvieron problemas financieros por el coste de las expediciones o por la mala inversión en otros negocios que realizaron.

Así, la diferencia primera entre un explorador y un emprendedor radica en el tipo de proyecto que presentan. El explorador subraya la ventaja que supone la expedición y el emprendedor, la rentabilidad.

Habitualmente, los proyectos que tienen que presentar los aventureros para recaudar fondos son mucho más elaborados que los que realizan los emprendedores, en parte porque están vendiendo un intangible.

Esta diferencia es interesante porque puede servirnos para motivar a los niños a que sepan realizar presentaciones de proyectos. Si aprenden a presentar su aventura, luego podrán utiliza esta competencia como emprendedores.

La búsqueda de financiación es una fase igualmente muy importante en ambos casos. Precisamente, la elaboración de la presentación es para motivar la obtención de los recursos necesarios.

En este caso, también el desarrollo de la búsqueda de financiación por parte de los aventureros suelen ser un proceso muy elaborado porque no sólo tienen que justificar los gastos, sino que poner en valor la inversión.

Al igual que las habilidades de presentación, el desarrollo de esta competencia en los niños de saber buscar financiación, igualmente se puede aprender utilizando un proyecto de exploradores.

La fase de preparación de un proyecto de aventura también se suele realizar de una forma muy precisa debido a que es necesario tener en cuenta aspectos de logística que no se puede remediar posteriormente.

El desarrollo de una preparación de un proyecto de explorador puede servir de base para aprender competencias en el ámbito de la producción y la administración que pueden ser utilizadas como emprendedores.

Igualmente ocurre con la fase final de un proyecto de explorador, la realización del mismo. Debido a que se tiene que realizar en unos plazos fijados, se requiere unas habilidades para el control de la actuación.

Hemos visto que ayudando a un niño a que juegue a ser explorador, estamos desarrollando muchas habilidades y competencias que le serán útiles como profesional o emprendedor.

Si además, le facilitamos un aprendizaje cotidiano del funcionamiento de la actividad económica, le estamos facilitando el conocimiento del mercado, que le será muy necesario si decide ser emprendedor cuando sea adulto.

La aventura


El verano es un momento propicio para la aventura. Cuando nos vamos de vacaciones a otros sitios, ya sea una ciudad distinta, el mar o la montaña, nos encontramos ante un entorno que tenemos que descubrir.

En nuestro recuerdo como niños nos quedan los relatos de aquellos grandes exploradores que se adentraron en el corazón de África buscando las fuentes del Nilo, Livingston y  Stanley.

También, la carrera entre Amundsen y Scott por alcanzar el polo sur en el año 1911. Nos quedamos con la anécdota de la utilización de perros de nieve por Amundsen que le permitió llegar primero.

Shackleton fue el tercer explorador en discordia por la lucha del polo sur, pero no  participó en la competición directa de diciembre de 1911. En el año 1914 emprendió el reto de atravesar el polo sur de costa a costa.

En los ámbito empresariales, Shackleton es conocido por el anuncio que se le atribuye publicó para captar a la tripulación y miembros de su equipo al que contestaron más de 5.000 personas.

“Se buscan hombres para viaje peligroso. Sueldo bajo. Largos meses de completa oscuridad. Peligro constante. No se asegura retorno con vida. Honor y reconocimiento en caso de éxito”.

Esta expedición tras-antártica acabo durando casi dos años debido a la rotura del barco con el hielo que supuso el tener que llevar a cabo una lucha por la supervivencia al desplazarse a la deriva el bloque de hielo en el que se atascaron.

Esta deriva llevó a Shackleton a tener que realizar un viaje de 1.300 kilómetros en una balsa de salvamento de 7 metros de eslora en uno de los mares más peligrosos que existen para alcanzar una estación ballenera.

Esta capacidad que tuvo Shackleton para salir de una situación tan adversa, como también ya lo hizo cuando alcanzó la máxima latitud alcanzada en el año 1909, le ha supuesto ser un modelo de líder que es capaz de cuidar de su equipo.

Distintos autores e instituciones le han puesto como ejemplo empresarial por su liderazgo enfocado en las personas y su capacidad para dirigir equipos en situaciones adversas.
En la carrera para llegar al polo sur, Amundsen fue el ganador por el uso de una estrategia y tácticas que le propiciaron el poder realizar el viaje más rápido y con las provisiones suficientes.

Utilizó un equipo más ligero (5 hombre frente a 16) utilizando los perros de nieve y los esquís como método de transporte, mientras que Scott utilizó caballos y marcha a pie sobre la nieve.
Además, Admunsen estableció un sistema de aprovisionamiento en la ruta más eficaz a diferencia del de Scott que le costó la vida y la de parte de su equipo por la falta de alimentación.

Sin embargo Scott desarrolló un despliegue de medios para lograr datos científicos mientras desarrollaba la expedición, que no le permitieron centrarse en el objetivo de alcanzar el objetivo.

La muerte de Scott en la expedición hizo que se magnificara su figura a pesar de no haber llegado primero. Con los años, se ha ido analizando con más detenimiento su papel como explorador.
En enero de este año, un grupo de aventureros, inspirados por la nieta de Shackleton hicieron el viaje de rescate realizado hace 100 años utilizando medios similares a los de entonces.

Lo interesante de esta gesta es que no se imitara el alcanzar un determinado lugar, sino el conocer el esfuerzo que tuvieron que hacer un grupo de exploradores para rescatar a todo el equipo.

Desde este punto de vista, el objetivo de la aventura no es tanto alcanzar una meta, sino mantener también la unidad del equipo con el que desarrollamos el proyecto emprendido.
Éste es el espíritu de aventura inspirado por Shackleton. Priorizar y dar más importancia a cómo se encuentra las personas que forman el equipo por encima de tener que alcanzar el objetivo planificado.


En estos meses de verano, cuando hagamos alguna excursión y nos encontremos con alguna dificultad, pensemos que es una oportunidad para ejercer el liderazgo centrado en las personas.

¿Porqué emprender para muchachos?

El día 6 de Julio de 2013 acompañé a un amigo al Speech Day (fiesta de final de curso) del colegio Danes Hill Scholl de sus hijos en Oxshott, Surrey. En este acto, cada año es invitado una persona relevante que no se conoce hasta ese día.

En esta ocasión el discurso era a cargo de un explorador, Sebastian Coulthard. Quedé admirado tanto del discurso de Sebastian como de la atención y entrega de todos los alumnos asistentes.
Sebastian Coulthard en Danes Hill School
A la vuelta de vacaciones, aquel discurso de aquel explorador me hizo reflexionar y escribí en julio dos artículos sobre el tema en el blog Hacerse y rehacerse: La aventura y El explorador.

En el mes de agosto acompañé a un tío para que me contará como mi abuelo comerciaba. Escribí un artículo en el blog Caminos de Barbastro: La Tartana de Turmo. Fuí consciente del proceso para empoderarlos que fueran emprendedores.

El 14 de setiembre me tocó compartir una mesa en la boda de un amigo con antiguos Boys Scout. Para entonces, ya estaba preparando un concurso Elevator Pitch (convencer a un jurado proyectos empresariales) con niños.

El sábado siguiente se celebró el concurso Elevator Pitch y un taller preparatorio con los niños. Esta experiencia inspiró el artículo en el blog Hacerse y rehacerse: Emprender para muchachos que da título a este blog.